Llegó el día de la operación, el
doctor me citó una hora antes de la intervención, para verme, explicarme cómo
iba a ir todo, a responder posibles preguntas etc.
Así que enseguida me metí
dentro de la cama y las enfermeras me llevaron a quirófano, ese momento era de
película, decir adiós a mis padres, darme cuenta que me iban a operar,
emocionarme por un momento y entrar a quirófano.
La verdad que estaba muy
tranquila, no tenía miedo, mis padres me apoyaban y estaba más que decidida, no
tenía duda que quería quitarme ese complejo, por lo que ningún miedo me iba a
parar. Una vez en quirófano, el anestesista me explicó lo que me iban a hacer y
sin darme cuenta ya estaba dormida. Me pusieron la epidural y me sedaron
entera. La operación duró unas tres horas y media aproximadamente, sin darme
cuenta me desperté y vino el doctor a contarme que ya había hablado con mis
padres y me enseñó unas fotos de cómo habían quedado mis pies, la verdad que seguía
medio inconsciente y las imágenes las vi bastante borrosas. (Por la tarde
vino a verme y me las volvió a enseñar de nuevo). A los pocos minutos subí a mi
habitación y ahí me esperaban mis padres. La verdad que no tengo un recuerdo
muy claro de esa mañana, pero básicamente estuve en ayunas hasta la tarde,
hasta la hora de la merienda mas o menos. Primero me dieron agua para beber, me
dijeron que esperar diez minutos y que si veía que no me sentía mal que
merendara (leche con galletas). Y eso hice, no me sentó nada mal. Por la tarde,
antes de cenar comí fruta, seguí bebiendo agua y para cenar comí sopa y pescado,
además de yogurt.
Seguía con el efecto de la
epidural, notaba un poco la pierna derecha, pero apenas notaba la izquierda,
según las enfermeras era totalmente normal. No sentía dolor, ya que en todo
momento iba medicada. Aquella noche no pude dormir, no por dolor, sino por la
incomodidad de no poder mover las piernas, debo decir que soy muy difícil para
dormir así que eso lo tenía más que asumido.
Al día siguiente, me vino a ver una fisioterapeuta, me explicó los ejercicio que tenía que hacer en casa durante las tres semanas de reposo para no perder musculatura, también me explicó ejercicios de respiración para evitar posibles infecciones. También volvió a verme mi Doctor, para asegurar que todo iba bien. La verdad que poco hice ese día, comer mucha fibra e intentar mover las piernas con los ejercicios que me había dicho la físio y poco más. Aquella noche, tampoco pude dormir, pero sí descansar.
Al día siguiente y último en la clínica, me daban el alta y podía volver a casa. Por la mañana vino la enfermera para curarme y estar lista para el largo trayecto que me esperaba hasta Barcelona, 7 horas de coche. No fue tan dura como pensaba, creo que lo que decía del poder de la mente fue la clave, me mentalicé que me esperaba un largo viaje y por más que me quejara nada iba a cambiar así que no hice nada de eso.
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